LECTURAS DEL DÍA:
HECHOS 28,16-20.30-31; SALMO 10;21,20-25. (O BIEN: HECHOS 11,21b-26;13,1-13;SALMO 97;MATEO 10,7-13).
PROCLAMACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN:
GLORIA A TI SEÑOR:
En aquel tiempo, Pedro,volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quién Jesús tanto amaba,el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: <<Señor, ¿quién es el que te va a entregar?:>> Al verlo, Pedro dice a Jesús: <<Señor, y éste, ¿qué?>>. Jesús le contesta: <<Si quiero que se quede hasta que yo venga, a ti¿qué? Tú, sígueme>>. Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: <<Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a tí qué?>>. Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.
Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una,pienso que los libros no ni en todo el mundo.
PALABRA DEL SEÑOR:
GLORIA A TI SEÑOR JESÚS.
HOMÍLÍA:
Queridisimos hermanos(as), hoy San Juan sigue las enseñanzas que Jesucristo nos dejo, y en este caso nos presenta la capacidad de seguimiento a su Maestro.
Nos comenta, el pasaje donde San Pedro, le pregunta al Señor, que pasaría con su discípulo amado, y la respuesta de Jesús, tan clara y tajante, a ti ¿que? , tú, sigueme, cuantas veces a nosotros nos pasa lo mismo, nos preocupamos de los demás y de sus actuaciones, o futuro, tratamos de arreglarles la vida y nos olvidamos que quizás nosotros, somos los que necesitamos, que nos la ayuden a arreglar, somos los necesitados de ponernos bien con la misión encargada por Jesucristo.
Y, es aquí, donde tenemos ese llamado y reclamo de Jesús, TÚ SIGUEME, es un llamado, que nos debe interpelar a cada uno y muy y en lo más intimo de nuestro ser. Cabría, preguntarnos aquí, ¿cual es mi decisión de seguimiento de Jesucristo y mi entrega a su misión, mejor la entrega a cumplir con la misión que Él me ha encargado, en mi propia realidad, donde vivo, en lo que hago,y donde estoy?, ¿cumplo mis oblaciones,soy verdadero testigo de el amor de Dios, por los hombres, y he anunciado su palabra a todos los que están a mi lado?, ¿he cumplido mi proyecto de vida y puedo estar seguro de haber sido útil a el encargo de Dios que un día, recibí, en mi bautismo, lo ratifique en mi primera comunión, y lo confirme totalmente y libremente en la confirmación?. Si, eso es lo que hoy, cabe preguntarme y preguntarnos como verdaderos cristianos, y no preocuparnos por lo que le pueda o no pasar al otro, pues cada quien, tiene su misión, y cada cual la deberemos cumplir, para así, poder alcanzar el verdadero seguimiento de Cristo. recordemos con claridad la advertencia de Jesús a Pedro, ¿A TI QUE?, TÚ, SIGUEEME. Tu, la mano en el arado y a trabajar.
Esto, es lo que hoy, podemos estractar de la Palabra de Dios, es el momento, del testimonio, de seguir a Jesús, con firmeza, decisión y entrega, ser capaces de testimoniar y predicar la palabra de Dios, con nuestros propios medios,y capacidades. cada uno dará para la misión, su testimonio, según sus talentos y capacidades, pero sin excepción, todos estamos llamados a seguir a Jesús, y despreocuparnos de las cosas materiales, que no nos dejan incertarnos con valentía y totalidad al cumplimiento de la misión encargada.
PREDICACIÓN Y TESTIMONIO.
Las lecturas de hoy concluyen la fiesta de Pascua. Ya se acerca pentecostés. La espera del Espíritu Santo marca este final. Ahora el Espíritu nos guiará hasta la verdad completa. El programa del cristiano queda trazado: predicación y testimonio, los dos vectores que han conducido los textos de la Eucaristía de todo el pasado mes. María, la Santísima Virgen, de forma especial en cada sábado, nos alienta en espera. Ella está en el Cenáculo, en la Iglesia, en este tiempo nuevo. Ella enseña el gozo de la resurreción y el gozo de la espera. Ella está en un lugar destacado acompañando a la Iglesia peregrina hasta el encuentro definitivo con el Señor. También hoy,en la memoria de san Bernabé renovamos nuestro compromiso apostólico y misionero.
QUE, LA SANTISIMA VIRGEN MARÍA, NOS ACOMPAÑE SIEMPRE EN NUESTRO PEREGRINAR HASTA EL ENCUENTRO CON NUESTRO REDENTOR Y ASÍ, LOGREMOS RESIBIR DE ÉL NUESTRA SALVACIÓN, PORQUE HEMOS LOGRADO CUMPLIR SU ENCARGO MISIONERO.
¡QUE TU ESPÍRITU SANTO,SEÑOR, NOS LLEVE A LA VERDAD COMPLETA! AMEN.