Lecturas del día: 4º del Salterio.
1ª Corintios 11,17-26,33;Salmo 39;Lucas 7,1-10.
Proclamación del Santo Evangelio según San Lucas:
Gloria a ti,Señor.
En aquel tiempo,cuando terminó Jesús de hablar a la gente,entró en Cafarnaún . Un centurión tenía enfermo,a punto de morir,a un criado a quién estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos,para rogarle que fuera a curar a su criado. Ellos,se presentándose a Jesús,le rogaban encarecidamente: <<Merece que se lo concedas,porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga>>. Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa,cuando el centurión le envió unos amigos a decirle: <<Señor no te molestes;no soy yo quién para que entres bajo mi techo;por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo vajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: "ve", y "va";al otro: "Ven" y viene;y a mi criado: "Haz esto", y lo hace>>.Al oír esto,Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía,dijo: <<Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe>>. Y al volver a casa,los enviados encontraron al siervo sano.
Palabra del Señor:
Gloria a ti,Señor Jesús.
Homilía:
" FE Y SENZATÉS EN UNA PIEZA:
A, este centurion, personaje ejemplar,no lo vemos en escena,pues presenta su petición por intermediarios,que hasta se lo recomiendan a Jesús aduciendo el amor que tiene a una nación que no es la suya. Tiene también en consideración a la persona, a un que sea su siervo,y por este no duda en rebajarse a pedir ayuda al Maestro.... que ha debido percibir enseguida la calidad del peticionario, pues acoge inmediatamente la suplica y se pone incluso en caminino. Pero interbienen otros intermediarios, haciendose portavoses de la actitud delicada del centurión: el sabe que un judio no debe entrar en casa de un pagano, y quiere ahorrarlle inconbeniente a Jesús,afirmando que este puede realizar una curación a distancia,sólo con su palabra. El evangelista apenas menciona el éxito de la curación, mientras se entretiene en la alabanza del Maestro a la fe del centurión.
Señor,no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme, si,Señor, no somos dignos de tí, pero imploramos tu infinita misericordia, para pediros aumentes nuestra poca fe.